León es una de las capitales provinciales del norte de España que merece la pena conocer, por muchos motivos. Asentada como la urbe más importante de una de las regiones históricas de nuestro país, a pesar de contar con unas dimensiones más bien reducidas (apenas supera los 125.000 habitantes) ofrece una infinidad de planes para devorarla (literalmente) de cabo a rabo. Los más fieles amantes del turismo y los viajes encontrarán en León una ciudad única que lo tiene todo: historia, monumentos, un buen clima (exceptuemos su duro invierno) y una mejor gastronomía.
1. Visitar su Casco Histórico
No cabe duda que uno de los mayores atractivos de León es su casco histórico, situado en pleno centro, donde se encuentra la gran mayoría de monumentos de la ciudad. Lo mejor todo, es que todos ellos se encuentran en un radio relativamente pequeño, y, por tanto, realizar una visita a pie por todos ellos es más que asumible. Te recomendamos comenzar la ruta desde la Avenida de Ordoño II, una de las calles principales de la ciudad, que abre paso al León histórico, y en concreto, a la calle Ancha. Caminando a lo largo de esta avenida encontraremos ya parte de varios imprescindibles:
- Casa Botines: obra de Antonio Guadí, encabezada por las estatuas de San Jorge y El Dragón.
- Palacio de los Guzmanes: edificio renacentista que se sitúa justo frente a la Casa Botines.
- Plaza de San Marcelo: una de las más emblemáticas de la ciudad.
- Catedral de León (Santa María de Regla): construida entre los siglos XIII y XIV, de estilo gótico, cuenta con más de 100 coloridas vidrieras. La entrada al claustro y al museo tiene un precio de 6€ y 5€, respectivamente.
- Murallas de León: ya un poco más alejados, nos encontramos con las murallas, de origen romano. El punto de mayor interés es el Arco de la Cárcel, la última puerta de entrada a la ciudad.
- Basílica de San Isidoro: conjunto arquitectónico de origen románico, cuya cripta cuenta con hasta 6 bóvedas.
- Plaza del Grano: otra de las plazas de mayor postín de la ciudad, de origen medieval.
- Convento de San Marcos: un edificio renacentista que se cuela entre los más destacados de toda España.
2. Comer y beber en el Barrio Húmedo
Muchos ciudadanos, visitantes y turistas de León destacan casi por encima de su valía histórica el nivel culinario de León, en cuanto a calidad y cantidad se refiere. Aunque a lo largo de toda la ciudad podemos toparnos con bares y restaurantes que merece la pena visitar, en el Barrio Húmedo encontraremos el punto más álgido, que además, se encuentra dentro del propio casco histórico, por lo que el ‘mix’ entre turismo y gastronomía no puede estar más acompasado.
Aunque los productos más típicos de León están relacionados íntimamente con el embutido (entre lo que destaca su cecina) dentro del Barrio Húmedo podremos disfrutar de una gran infinidad de grandes platos, a un precio realmente económico. Y es que, además de ser una ciudad muy barata, en León destaca la tradición de los “pinchos”: lo más común es que la consumición que ingieras en un bar venga acompañada de un plato de comida más que generoso, que, en ocasiones, puede llegar a elegirse.
3. Probar el cocido maragato
Si dispones de poco tiempo para visitar la provincia, te recomendamos probar el cocido maragato (otro de los típicos platos leoneses) que cuenta con la peculiaridad de comerse al revés, empezando siempre por la carne. Pero, ¡ojo! La mejor opción siempre será ir a comerlo a Astorga o la Maragatería, de donde es concretamente tradicional este gran manjar.
4. Excursiones a grandes rincones de la región
León tiene, además, la gran ventaja que su provincia es mucho más que la ciudad que acuña su nombre. A lo largo de toda la región leonesa podremos disfrutar de poblaciones y parajes de gran parangón, que sin duda, merece la pena visitar:
- Astorga. Por su calidad y valía monumental.
- Las Médulas. Uno de los grandes vestigios romanos en España.
- Riaño. Fiordos a la española.
- Cuevas de Valporquero. Una belleza natural en la montaña leonesa.
- La Cepeda. Naturaleza en su más pura expresión.